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- Introducción a los ciclos del sueño humano
- Recomendaciones para los usuarios
Introducción a los ciclos del sueño humano
Los ciclos de sueño humanos se dividen principalmente en dos fases: sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM) y sueño con movimientos oculares rápidos (REM). La alternancia entre el sueño NREM y el sueño REM constituye un ciclo de sueño completo, cada uno con una duración aproximada de 90 a 120 minutos.

Los adultos suelen experimentar de 4 a 6 de estos ciclos cada noche. Estos ciclos no son idénticos, ya que la duración del sueño REM aumenta y la del sueño NREM disminuye en los últimos ciclos.
La interacción entre estas dos fases del sueño es crucial para la recuperación física y cognitiva, garantizando un sueño reparador y el bienestar general. Comprender estas fases y sus características puede ayudar a mejorar la calidad del sueño.

Sueño de movimientos oculares rápidos (REM)
El sueño REM, estrechamente relacionado con los sueños, sigue al sueño NREM. Sus características incluyen movimientos oculares rápidos, espasmos musculares, aumento de la frecuencia cardíaca, elevación de la presión arterial y aceleración de la respiración. Esta fase, también conocida como sueño paradójico, presenta ondas cerebrales casi tan activas como durante la vigilia. La mayoría de los sueños ocurren durante el sueño REM, y el 95% de las personas afirman soñar si se despiertan durante esta etapa.
Durante la fase REM del sueño, la actividad cerebral es alta, lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan sueños y se consolide la memoria. En cambio, la frecuencia cardíaca y respiratoria aumentan, y la regulación de la temperatura corporal disminuye.
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sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM)
El sueño NREM es esencial para la reparación física y el metabolismo. Esta fase del sueño comienza con la ausencia de movimiento ocular, menor tensión muscular, respiración y ritmo cardíaco estables, presión arterial reducida y metabolismo más lento. Según las diferentes actividades de las ondas cerebrales, el sueño NREM se subdivide en tres etapas, siendo la tercera (N3) la más profunda y también conocida como sueño de ondas lentas.
Durante el sueño NREM, las actividades fisiológicas como la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la temperatura corporal disminuyen, mientras que la actividad cerebral se ralentiza, lo que permite que los músculos se relajen y se regeneren.

Recomendaciones para los usuarios
- Procure dormir entre 6 y 8 horas para garantizar un sueño saludable, lo que equivale a entre 4 y 5 ciclos de sueño.
- Como alternativa, descanse en múltiplos de ciclos de sueño: 1,5 horas, 3 horas, 4,5 horas, 6 horas u 8 horas.
- No existe un momento ideal para despertarse; todas las fases del sueño son importantes. Sin embargo, despertarse durante las fases N1 o N2 suele tener menos impacto. Estas fases corresponden a un sueño más ligero, lo que facilita despertarse sin sentirse excesivamente cansado o desorientado.
Por el contrario, despertarse durante las fases N3 o REM puede provocar fatiga extrema y desorientación, afectando la memoria y el estado de ánimo. Si se despierta durante el sueño profundo, pueden presentarse síntomas como mareos, palpitaciones e irritabilidad. El sueño profundo es fundamental para el descanso cerebral, la eliminación de la fatiga, la estabilidad emocional, el equilibrio del estado de ánimo y la recuperación de energía. En general, cuanto más prolongado sea el sueño profundo, mejor será su calidad. Sin embargo, una proporción elevada y constante de sueño profundo puede indicar problemas de salud subyacentes, lo que justifica la consulta con un profesional médico.
Al comprender y controlar sus fases del sueño con



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